Kayley Gunner tiene un instructor de yoga sustituto y está muy entusiasmado. A Kayley no le importó, de hecho le gustó. Después de ponerse agradable y mojada, decide que es hora de usar esas posiciones de yoga para brindarle a su atractivo instructor la experiencia inolvidable de su vida.
El gimnasta lujurioso y el PT afortunado
